jueves, 1 de octubre de 2009

EL ABORTO

El aborto inducido (latín: abortus o aborsus, de aborior, "contrario a orior", "contrario a nacer"), también llamado interrupción voluntaria del embarazo–o IVE–, consiste en provocar la finalización prematura del desarrollo vital del embrión o feto para su posterior eliminación –con o sin asistencia médica, y en cualquier circunstancia social o legal–, que se realice antes de que la gestación haya alcanzado las 20 semanas[cita requerida]. Posteriormente, la interrupción se denomina parto pretérmino[cita requerida]. Es distinto, por tanto, del "aborto espontáneo", que se refiere al hecho que se presenta de manera natural y sin que medie voluntad de eliminar al nasciturus (el que ha de nacer) por parte de la madre o por parte del médico que atiende el trabajo de parto.
A través de la historia, el aborto inducido ha sido frecuente materia de controversia por sus implicaciones
éticas, morales y sociales. Ha sido prohibido o limitado en sociedades diversas y permitido en otras, aunque los abortos continúan siendo comunes incluso donde la presión social y/o la ley se oponen a él.




Aspectos generales
Se estima que en el mundo se realizan entre 42 y 46 millones de abortos anuales (entre el 20 y el 22% de los 210 millones de embarazos que se producen en el mundo al año)
lo que representa, para quienes consideran al embrión como vida humana,la principal causa de mortandad en la especie. De entre los 42 y 46 millones de abortos practicados anualmente, al menos 19 millones se consideran abortos inseguros,es decir, abortos en los que la vida de la mujer está en peligro. En América Latina y en el Caribe, en 2000, se realizaron 29 abortos inseguros por cada mil mujeres de entre 15 y 44 años de edad, más del doble del promedio mundial de 14 abortos por cada mil mujeres y 32 abortos por cada 1000 nacimientos.Se estima que el aborto inseguro constituye la tercera entre las causas directas (13%), después de las hemorragias (25%) y las infecciones (15%) de las 536.000 muertes maternas que se producen cada año en el mundo, aunque en América Latina la fracción de muertes maternas debidas al aborto inseguro alcanza el 17%. En América Latina y en el Caribe, de los 18 millones de embarazos que se producen cada año, 52 por ciento no son planeados y el 21 por ciento de ellos terminan en un aborto.






Procedimientos bajo control sanitario
Aborto químico
Consiste en la interrupción del desarrollo del embrión y en su eliminación por el canal del parto, todo ello inducido por lo que suele ser una combinación de fármacos. Sólo es factible en las primeras semanas del embarazo y representa el 10 por ciento de los abortos realizados en los
Estados Unidos y en Europa.
Este tipo de procedimiento suele ser el preferido cuando es posible, porque no requiere
anestesia ni tampoco una intervención quirúrgica (el uso de instrumentos), siendo los mayores inconvenientes el sangrado y que la mujer puede observar el proceso y el embrión expulsado, lo que es psicológicamente doloroso para aquellas mujeres que dudan de la moralidad o de la conveniencia del acto.
El procedimiento ve reducida su efectividad después de la séptima semana de desarrollo. A pesar de su relativa sencillez, el proceso requiere una vigilancia médica continuada para asegurar el éxito, para prevenir posibles complicaciones, y también a menudo porque la
evacuación es incompleta y requiere la intervención final de un médico. Los regímenes más comunes son:
Metotrexato más misoprostol. El metotrexato se administra con una inyección y afecta a las células en proliferación del embrión, provocando la interrupción de su desarrollo. Unos días después, la administración de misoprostol, un análogo semisintético de la PGE1 prostaglandina que estimula la contracción del útero, provoca la expulsión de sus restos. El procedimiento está contraindicado en distintas condiciones médicas, como por ejemplo la insuficiencia renal.
Mifepristona con o sin misoprostol. La mifepristona (RU-486) es antagonista de la progesterona, hormona necesaria para la continuidad de la gestación, y puede administrarse hasta 49 días después de la última regla (véase menstruación). Si, tras su uso, no se produce la expulsión del producto, ésta se estimula con misoprostol, que cumple la misma función que en el protocolo anterior. Igualmente presenta contraindicaciones diversas, por ejemplo con el uso previo continuado de terapias basadas en esteroides.
Misoprostol solo. Raramente usado, requiere una
dosificación muy precisa y una vigilancia médica especialmente intensiva por riesgo de hemorragia grave o rotura uterina, cuando se emplea en la interrupción de la gestación a partir de la semana 12 hasta la 20.
Aborto quirúrgico

Aborto por aspiración, a las ocho semanas de la gestación (seis después de la fertilización).1: Saco amniótico2: Embrión3: Útero4: Espéculo5: Jeringa manual6: Conexión a bomba de aspiración
Se denomina aborto quirúrgico al conjunto de técnicas
quirúrgicas que tienen el fin de provocar el aborto, o sea, de terminar voluntariamente el proceso gestacional, causando la muerte del embrión o feto.
El método quirúrgico más empleado antes de las 7 semanas de embarazo es el
aborto por aspiración. Consiste en la remoción del feto o del embrión a través de succión, usando una jeringa manual o una bomba eléctrica de aspiración. La aspiración manual es llamada también minisucción o extracción menstrual. Se aplica sólo durante las primeras semanas y no requiere dilatación cervical (véase también cérvix o cuello uterino). Para estas primeras semanas, se habla de "interrupción del embarazo", más que de "aborto", aunque en realidad ambos términos son sinónimos. Los antiabortistas dicen que eso es una denominación eufemística. A partir de la semana decimoquinta y hasta la vigesimosexta, se requiere dilatación cervical y manipulación quirúrgica, además de succión. Este método fue demostrado en detalla en una ecografía en el documentario "The Silent Scream" (El Grito Silencioso), producido por el médico Bernard N. Nathanson, que durante los años 1970 fue el dueño de una de las clínicas más grandes del aborto en los EEUU.
El método de
dilatación y raspado (véase legrado) es un método general que se emplea también durante el examen médico para tomar muestras o para la detección de ciertos tipos de cáncer. Se conoce también con el nombre de nacimiento parcial, y suele hacerse entre la sexta y la decimocuarta semana. La Organización Mundial de la Salud OMS recomienda que este método no se use salvo cuando la aspiración manual no es factible, y de hecho su uso es poco frecuente. El legrado sirve para limpiar las paredes del útero con una cureta.
En estados avanzados de la gestación, si se ha de practicar un aborto por razones terapéuticas, se usan otros procedimientos adecuados para el mayor estado de desarrollo del feto. Se puede inducir el parto prematuro usando prostaglandinas, a la vez que se inyecta suero salino o urea en el líquido amniótico, que causa quemaduras fatales en el feto. En los casos más avanzados se usan técnicas excepcionales, como la llamada "de dilatación y extracción intacta o aborto por nacimiento parcial, que requiere dos o tres días de preparación, para asegurar la dilatación cervical necesaria, y los fármacos que induzcan el parto. El médico manipulará al feto, para hacer salir primero sus piernas, hasta dejar adentro sólo la cabeza, si así es necesario. Por último, se vacía el encéfalo por succión después de practicar una incisión en la base del cráneo. Esta técnica, que es polémica, se aplica en menos de la sexta parte de los abortos tardíos practicados en Estados Unidos (por supuesto, estamos hablando aquí de un feto, que es una etapa mucho más avanzada del desarrollo del producto, y no de un embrión, que representa únicamente los primeros tres meses de desarrollo), fue prohibida por la administración Bush, pero fue apoyada por Tony Blair en el Reino Unido.

Frecuencia de las diferentes técnicas de aborto ciúrgico según la edad gestacional
La elección de una u otra técnica depende de cuan avanzado es el embarazo y si el dilatación cervical sea necesaria.
Desde la decimoquinta semana hasta la vigésimo sexta semana de embarazo, el método de
dilatación y evacuación (D & E) es usado, que consiste en la apertura del cuello uterino, vaciándolo mediante el uso de instrumentos quirúrgicos y succión.
Es necesario usar otras técnicas para inducir el aborto a partir del tercer trimestre. El
parto prematuro puede ser provocado por la prostaglandina, que puede ser juntada con una inyección de líquido amniótico con soluciones causticas (salinas) o urea.
Después de la 16ª semana de gestación, el aborto puede ser provocado por la compresión cranial intra-uterina, que requiere la descompresión de la cabeza del feto antes de su evacuación. El aborto por
histerotomia es un procedimiento parecido a la cesárea y es practicado bajo anestesia general por ser considerado una cirugía abdominal de importancia.
Cuando el feto está en una edad gestacional avanzada, de seis a nueve meses, algunos países aplican el método de "aborto por nacimiento parcial", un método que ha provocado varias controversias legales. De las 20 hasta las 23 semanas de embarazo, una inyección es necesaria para parar el corazón del feto. Por supuesto, las técnicas tardías ponen en mucho mayor riesgo la salud de la madre.



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